Hace mucho tiempo que nadie escribe nada en este blog, me llamó mucho la atención ver un comentario (¡al menos alguien nos lee, gracias anónimo!) y eso me animó a escribir, aunque no sé bien de qué.
Quizá puedo decir que en eso de superar mi incompetencia emocional a veces me va bien y a veces mal. Hay días en que no lo logro, en que resulta más cómodo callarse y cruzar los brazos y decir como decía Kiko en El Chavo: pues me doy. Hay días, en cambio, en que soy muy fuerte, muy competente, muy dueña de mí y tomo las decisiones correctas en el momento oportuno. ¿Qué le voy a hacer? Al final soy una humana, aunque la frase suene a perogrullada.
Sobre mis resultados en el trabajo, pues creo que es donde mejor me va, como siempre, de todas maneras hay que ir tomando las riendas del equipo y hacer lo que debo hacer, aunque confieso que me cuesta muchísimo 'visibilizarme', eso de tener que hablar alto y ser dura no suele ir mucho con mi perfil bajo. Esto del perfil bajo es algo muy chistoso, no suelo ser de las personas que se está alabando todo el tiempo o blandiendo su currículum por todo lugar, y tampoco me interesa serlo, pero a veces pienso que durante mi crianza alguien cometió un grave error al inculcarme la humildad y el poco afán de sobresalir, en fin.
En cuanto a amores, la prueba no ha sido para nada fácil, para nada. Ahora no hay nadie a la vista, bueno nadie concreto, hay muchos hombres que quieren verme, salir conmigo, no sé si es interés de verdad o solo interés por acostarse conmigo. No sé si la imagen que estoy dando es la errada o qué mismo, no sé si el hecho de vivir sola da una mala señal, no sé. Pero siento que las cosas ahí no van tan bien. Sé que lo que debo hacer es serenarme, detenerme un rato. A veces detenerse no es malo, aunque dé miedo.
Y eso. No hay mucho más que contar, ahora solo estoy cansada, pero siempre es bueno escribir.