domingo, 7 de junio de 2009

Ya para qué

Y de pronto encuentro que ya no tengo palabras que decirte, ni una sola. Toda la ansiedad de escribirte y de verte y de saber de ti se terminó de pronto y no tengo un vacío ni una extraña sensación de pérdida pero tampoco un sentimiento de triunfo, de haber vencido. Solo siento que se cerró la puerta y no me aterra ni me alegra ni me frunce el ceño, nada. Ni se me salen las lagrimitas ni se me aprieta el corazón. Ni lloro cuando oigo Sabina ni busco olores en mi almohada ni recuerdos, nada. Ya para qué.
Ya no hay motivo para esperar verte ni tengo historias que contarte ni besos qeu darte ni nada que reprochar. Simplemente nos fuimos y ya, nos dejamos en alguna esquina como dos viejos panas y ninguno tiene la intención de mirar para atrás. Ya para qué.
Para qué llamarte y decirte nada o caminar por tu calle con la esperanza estúpida de encontrarte. Para qué. Hubo una historia como cualquier historia, con sus giros y sus clímax y sus cosas y ahora nada. En fin, that's life y si no es, no es nomás. Vaya manera de reencontrarse con una.

2 comentarios:

Fercho dijo...

Ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos.
Cada vez son más tristes las canciones de amor.

Ni tú bordas pañuelos, ni yo rompo contratos.
Ni yo mato por celos, ni tú mueres por mí.
antes de que me quieras como se quiere a un gato,
me largo con cualquiera que se parezca a ti.

De par en par te abro las puertas que me cierras.
Me cuentan que el olvido no te sienta tan mal.
La paz que has elegido es peor que mi guerra.
Aquella cama nido parece un hospital
Yo en cambio no he sabido ir a favor del viento,
que muerde las esquinas de esta ciudad impía.

Pobre aprendiz de brujo que escupe al firmamento,
desde un hotel de lujo, con dos camas vacías.
Pobre aprendiz de brujo que escupe al firmamento,
desde un hotel de lujo, con dos camas vacías.

¿Quién hará mi trabajo debajo de tu falda?.
La boca que era mía ¿de qué boca será?
El roto de tu ombligo ya no me da la espalda,
cuando pierdo contigo lo que gano al billar.

Aunque nunca me cayo, guardo un par de secretos.
Lo digo de hombre a hombre, de mujer a mujer.
Ni me caso con nadie, ni guardo pa' mis nietos
Por no tener, no tengo ni edad de merecer.

Como pago al contado, nunca me falta un beso.
Siempre que me confieso, me doy la absolución.
Ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos.
Cada vez son más tristes las canciones de amor.
Ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos.
Cada vez son más tristes las canciones de amor.

Mira este link

http://ociofercho.blogspot.com/2009/06/volatil.html

justamente algo asi me paso, ahora q mas queda q el azar haga lo suyo... tu sigue caminando....

Anónima dijo...

gracias por tu comentario! hay que seguri caminando