viernes, 8 de abril de 2011
Frío
Yo no sé si hay estudios al respecto, pero el frío y la tristeza deben tener algo que ver, una estrecha relación de semejanza, estrechísima, porque se parecen tanto. Aunque científicamente no tengan nada que ver, hoy se relacionan estrechísimamente en mí. Hace frío y estoy triste. El frío me pone triste. La tristeza me da frío. Ergo: maldito frío y maldita tristeza. Listo el silogismo. Me imagino que a todo esto se une que es viernes y que como siempre el maldito teléfono no suena, el chat hace cricri, ni una invitación a un chicle en el FB, etc., etc., etc., y soy una morelia con síndrome premenstrual encima más. A veces me pregunto cuánto pasará todo esto, cómo cuántos años más tendré que estar con esta tristeza cada vez que hace frío, en fin, me pregunto huevadas como si fuera la única que se siente así. No sé qué decir, solo me dio ganas de volver a encontrarme con Cenicienta Iluminada. Hoy no es día inteligente.
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