viernes, 25 de mayo de 2007

IEA, la prueba

Había quedado en contarles como me iba con esto de hacerle frente a la incompetencia emocional. He aquí un par de resultados:

Empezaré por el campo profesional, cuyos resultados me han sido un poco más gratos. Uno de los chicos de mi departamento no estaba haciendo bien las cosas y yo soy la jefa. Bueno, aparte de que soy la jefa tengo que demostrar mi competencia dentro del cargo porque aún no tengo un contrato definitivo.

Me había costado mucho hablar con él, atreverme, pero la situación estaba llegando al límite y el descontento por su actitud era general en el departamento. Bueno, la cosa es que le dije que no iba a tolerar que siguiera con esa actitud, que si la próxima vez tenía una queja, pues tocaba recurrir a otras medidas. Y me sentí mejor, al menos sentí que perdí un poco el miedo a darme mi lugar y a hacerme cargo de mi puesto. Eso. Lo malo es que no me hizo mucho caso, tocará actuar otra vez.

En el otro campo, el de las relaciones, pues estaba saliendo con un chico que me gustaba mucho, creo que después de mucho tiempo al fin sentía que quería quedarme, que había encontrado al hombre que los reunía a todos. Pero la cosa es que no estaba claro qué mismo éramos, si novios, amigos, amigovios, amantes, vacile, qué... Cuando tengo esta clase de dudas la incompetencia siempre me impide preguntar, por el miedo a perder y a no coincidir. Pero esta vez me lo había prometido, además sentía que la relación valía la pena como para ponerle un nombre y como me estaba enamorando, necesitaba tener la certeza de que no solo íbamos en el mismo tren, sino hacia el mismo lugar.

Y pregunté. Y la respuesta fue un clásico no estoy preparado, las cosas no son siempre como tú las quieres, etc. En fin, fue algo muy triste, pero en el fondo me sentí orgullosa de haber dado el paso, aunque el paso haya implicado una pérdida. No me siento tan contenta con la decisión, pero de todas maneras sé que superar la incompetencia quiere decir también superar el miedo a tomar decisiones y, sobre todo, entender que las decisiones adecuadas no siempre son las que te hacen más feliz en el corto plazo pero sí en el largo.

Eso, queridos, presiento que no es todo, sin embargo, porque es solo un paso, ahora lo que viene es vivir con eso, sostener mis decisiones y seguir caminando, algún día de seguro me sentiré más sabia y, quizá, ni siquiera tenga que preguntar para obtener la respuesta correcta. Auswiedersehen.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustó lo que escribiste sobre el trabajo y sobre el chico. Me he sentido asì varias veces, y sì, es duro tomar decisiones que en el corto plazo no nos hacen felices, pero definitivamente de eso se trata no, de tomar las mejores decisiones, cual estadista, las que darán frutos a futuro.
suerte en todo, trabajo y amores.